Si hicieramos todas las cosas que somos capaces de hacer, nos sorprenderiamos a nosotros mismos.

No desea que fuere más fácil, desea que tú fueres mejor.

Aferrarse a la ira es como agarrar un carbón ardiente con la intención de tirarlo a otra persona; tú eres el único que se quema.

Puedo tener paz mental sólo cuando perdono en lugar de juzgar.

Si no puedes encontrar la paz dentro de ti mismo, nunca la vas a encontrar en ningún otro lugar.

Esperamos con interés el momento en que el Poder del Amor reemplazará el Amor al Poder. Entonces nuestro mundo conocerá las bendiciones de la paz.

Es la salud que es la riqueza real y no piezas de oro y plata.

El mejor luchador nunca está enfadado.

Para mí, el éxito es la paz interior.

Ese es un buen día para mí.

Hay una voz que no usa palabras.

Escucha.

No nos damos cuenta de que, en algún lugar dentro de todos nosotros, existe un yo supremo que está eternamente en paz.

Nunca tengas prisa.

Haz todo tranquilamente y con un espíritu en calma.

No pierdas tu paz interior por nada, incluso si todo tu mundo parece alterado.

No te vuelves bueno intentando de ser bueno, sino encontrando la bondad que ya está dentro de ti y permitiendo que emerja esa bondad. Pero solo puede surgir si algo fundamental cambia en tu estado de conciencia.

La conciencia es como el sol. Cuando brilla sobre las cosas, se transforman.

El amor propio significa cuidarnos lo suficiente como para perdonar a las personas de nuestro pasado para que las heridas ya no nos puedan dañar. Porque nuestras heridas no hacen daño a las personas que nos hiecieron daño, solo nos hacen daño a nosotros.

Quien vive en armonía consigo mismo, vive en armonía con el universo.

No cuesta mucho esfuerzo hacer lo que todos los demás están haciendo.

Un pez muerto puede flotar río abajo. Se necesita uno vivo para nadar río arriba.

Es fácil ser común. La presión llega cuando decides no ser común.

El cielo en la tierra es una elección que debes hacer, no un lugar que debes buscar.

La salud es el alma que anima todos los placeres de la vida, que se desvanecen y no tienen sabor sin ella.

Siempre que podemos amar sin expectativas, cálculos o negociaciones, sí que estamos en el cielo.